La nécora es una exquisita pieza de marisco reconocible por el color rojo intenso que adquiere una vez cocinada. Tanto su redondo caparazón, como sus pinzas y sus patas son comestibles y deliciosas. Es un crustáceo similar al cangrejo y lleno de propiedades alimenticias que lo hacen un manjar de lo más saludable.

Se encuentra especialmente en las saladas aguas del océano Atlántico y para captura durante la noche. Es uno de los crustáceos que presenta un mayor contenido nutritivo, especialmente gracias a que es una gran fuente de proteínas. Contiene vitaminas antioxidantes, zinc para ayudar al desarrollo y conservación de los huesos y yodo, que favorece la creación de tejidos y el desarrollo de la glándula del tiroides.

Es muy popular tanto para consumir cocida como ingrediente para caldos, arroces y guisos. El año pasado os propusimos esta receta para hacer una crema de nécoras, ideal para las cenas Navideñas y ser el perfecto anfitrión.

Para conservar correctamente una nécora en casa, tienes que saber que se pueden mantener frescos (e incluso vivos) sin problema en un frigorífico normal, aunque recomendamos que si te los has llevado cocidos a casa no tardes más de dos días en consumirlas. Un truco para que conserven todo su sabor y textura es cubrirlo con un paño húmedo. Y si quieres congelarlas, primero hay que haberlas pasado por el cocedero.

Para cocer las nécoras lo mejor es utilizar agua de mar, pero como entendemos que eso es a veces un poco complicado, echaremos en la olla 60 gramos de sal por cada litro de agua dulce. Para que la cocción sea óptima hay que echar la suficiente agua como para que cubra las nécoras. Otro consejo es introducir una hoja de laurel al cocerlas. Si las nécoras se encuentran vivas, se introducirán en la olla mientras el agua aún está fría. Esto hará que no pierdan las patas durante la cocción. Si no, se pueden introducir en el momento en el que el agua ya esté hirviendo. El tiempo ideal varía en función del tamaño: alrededor de 4 minutos, en nécoras que vayan de 80 gr a 125 gr y 6 minutos en nécoras de entre 130 gr y 300 gr.

¿Quieres probar las nuestras? ¡Haz click aquí para reservar tu mesa!

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Se encuentra especialmente en las saladas aguas del océano Atlántico y para captura durante la noche. Es uno de los crustáceos que presenta un mayor contenido nutritivo, especialmente gracias a que es una gran fuente de proteínas. Contiene vitaminas antioxidantes, zinc para ayudar al desarrollo y conservación de los huesos y yodo, que favorece la creación de tejidos y el desarrollo de la glándula del tiroides.

Es muy popular tanto para consumir cocida como ingrediente para caldos, arroces y guisos. El año pasado os propusimos esta receta para hacer una crema de nécoras, ideal para las cenas Navideñas y ser el perfecto anfitrión.

Para conservar correctamente una nécora en casa, tienes que saber que se pueden mantener frescos (e incluso vivos) sin problema en un frigorífico normal, aunque recomendamos que si te los has llevado cocidos a casa no tardes más de dos días en consumirlas. Un truco para que conserven todo su sabor y textura es cubrirlo con un paño húmedo. Y si quieres congelarlas, primero hay que haberlas pasado por el cocedero.

Para cocer las nécoras lo mejor es utilizar agua de mar, pero como entendemos que eso es a veces un poco complicado, echaremos en la olla 60 gramos de sal por cada litro de agua dulce. Para que la cocción sea óptima hay que echar la suficiente agua como para que cubra las nécoras. Otro consejo es introducir una hoja de laurel al cocerlas. Si las nécoras se encuentran vivas, se introducirán en la olla mientras el agua aún está fría. Esto hará que no pierdan las patas durante la cocción. Si no, se pueden introducir en el momento en el que el agua ya esté hirviendo. El tiempo ideal varía en función del tamaño: alrededor de 4 minutos, en nécoras que vayan de 80 gr a 125 gr y 6 minutos en nécoras de entre 130 gr y 300 gr.

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