Un jamón bien cortado se disfruta más
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El jamón es uno de los productos más conocidos de nuestra gastronomía, pero para poder disfrutarlo al máximo hay que saber cortarlo, para ello debe estar en su punto álgido: el jamón ibérico en lonchas casi transparentes, con todo su aroma, recién cortado… (mmmm…)
Para empezar, hay que evitar la humedad y mantenerlo en un lugar seco y aireado, además debemos cubrirlo con un paño de algodón. También es necesario tener una serie de utensilios, el jamonero que nos permite cortar con más seguridad, el cuchillo jamonero para lonchear (un cuchillo largo, fino y afilado) y un cuchillo más pequeño, de hoja más ancha, y puntiagudo para limpiar.
Y ahora, ¡vamos manos a la obra!:
- Lo primero que debemos hacer es colocar el jamón en el jamonero, asegurándonos que queda fijo para no tener sustos después. ¿Cómo debemos colocarlo? La pezuña debe mirar siempre hacia el techo.
- Lo siguiente que vamos a hacer es limpiar el jamón. Lo cortaremos de tal forma que eliminemos las pieles duras y el tocino sobrante, dejando solo un borde fino de tocino.
- Una vez quitada la piel, haremos los cortes siempre paralelos con el cuchillo siempre en la misma dirección. Procurando llevar un corte en horizontal y que las lonchas tengan un ancho no superior a los 7 u 8 cm.
- Cuando lleguemos al hueso, con el cuchillo pequeño separaremos el hueso del jamón para ello haremos un corte vertical alrededor del mismo, y así las lonchas saldrán limpias e incluso se desprenderán solas.
- Una vez terminado el corte en la zona anterior, le daremos la vuelta al jamón, y continuaremos cortando la otra parte, es decir, la zona posterior de la pata, conocida como babilla. Para ello colocaremos la pezuña mirando para abajo.
- Iniciamos de la misma manera que anteriormente, limpiando la corteza y el tocino de la zona de corte. Lo haremos como anteriormente con el cuchillo corto y manteniendo un corte horizontal.
- Para cortar en la zona de la babilla deberemos de separar los huesos de la carne, como explicamos en el número 2, después lonchearemos de forma horizontal con el cuchillo plano.
- De la carne más cercana a los huesos sacaremos pequeñas lonchas, para ello utilizaremos el cuchillo pequeño e iremos bordeando el hueso. Debemos mantener el corte todo lo largo que podamos.
Y por último, con el hueso troceado podemos hacer un rico caldo, ¿cómo lo ves?, ¿lo probamos?
¡Buen provecho!
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Un jamón bien cortado se disfruta más
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El jamón es uno de los productos más conocidos de nuestra gastronomía, pero para poder disfrutarlo al máximo hay que saber cortarlo, para ello debe estar en su punto álgido: el jamón ibérico en lonchas casi transparentes, con todo su aroma, recién cortado… (mmmm…)
Para empezar, hay que evitar la humedad y mantenerlo en un lugar seco y aireado, además debemos cubrirlo con un paño de algodón. También es necesario tener una serie de utensilios, el jamonero que nos permite cortar con más seguridad, el cuchillo jamonero para lonchear (un cuchillo largo, fino y afilado) y un cuchillo más pequeño, de hoja más ancha, y puntiagudo para limpiar.
Y ahora, ¡vamos manos a la obra!:
- Lo primero que debemos hacer es colocar el jamón en el jamonero, asegurándonos que queda fijo para no tener sustos después. ¿Cómo debemos colocarlo? La pezuña debe mirar siempre hacia el techo.
- Lo siguiente que vamos a hacer es limpiar el jamón. Lo cortaremos de tal forma que eliminemos las pieles duras y el tocino sobrante, dejando solo un borde fino de tocino.
- Una vez quitada la piel, haremos los cortes siempre paralelos con el cuchillo siempre en la misma dirección. Procurando llevar un corte en horizontal y que las lonchas tengan un ancho no superior a los 7 u 8 cm.
- Cuando lleguemos al hueso, con el cuchillo pequeño separaremos el hueso del jamón para ello haremos un corte vertical alrededor del mismo, y así las lonchas saldrán limpias e incluso se desprenderán solas.
- Una vez terminado el corte en la zona anterior, le daremos la vuelta al jamón, y continuaremos cortando la otra parte, es decir, la zona posterior de la pata, conocida como babilla. Para ello colocaremos la pezuña mirando para abajo.
- Iniciamos de la misma manera que anteriormente, limpiando la corteza y el tocino de la zona de corte. Lo haremos como anteriormente con el cuchillo corto y manteniendo un corte horizontal.
- Para cortar en la zona de la babilla deberemos de separar los huesos de la carne, como explicamos en el número 2, después lonchearemos de forma horizontal con el cuchillo plano.
- De la carne más cercana a los huesos sacaremos pequeñas lonchas, para ello utilizaremos el cuchillo pequeño e iremos bordeando el hueso. Debemos mantener el corte todo lo largo que podamos.
Y por último, con el hueso troceado podemos hacer un rico caldo, ¿cómo lo ves?, ¿lo probamos?
¡Buen provecho!
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