[et_pb_section fb_built=»1″ _builder_version=»3.22″][et_pb_row _builder_version=»3.25″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat»][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»3.25″ custom_padding=»|||» custom_padding__hover=»|||»][et_pb_text _builder_version=»3.27.4″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat»]Cuando salimos a comer o a cenar fuera siempre está la eterna duda de que pedir para beber, ¿cerveza o vino? Y es que en España somos amantes de ambas bebidas, tanto el vino como la cerveza combinan muy bien con distintos alimentos.

Dicen los expertos que el vino aporta a la comida lo que ésta no tiene, y viceversa. Para que haya una perfecta fusión entre el vino y los alimentos es muy importante saber qué tipo de vino elegir, no vale cualquiera. Para aperitivos o entrantes combinan mejor los vinos blancos jóvenes y frescos. Si lo que vamos a comer son platos con nutrientes de origen vegetal, como las verduras o legumbres, la elección del vino dependerá del cocinado y de la intensidad de sabor que tenga el plato. Es decir, para un guiso de verduras combinará mejor un tinto joven, mientras que con las legumbres se recomienda un crianza o reserva. A la hora de elegir el vino que mejor maride con el pescado, hay que tener en cuenta también el tipo de cocinado, pero sobre todo depende de si el pescado es azul o blanco. El pescado azul, como ya hemos comentado en anteriores posts es aquel que tiene más de un 7% de materia grasa y es aconsejable acompañarlos con vinos rosados. Por otro lado, los pescados blancos como el bacalao o la merluza, que tienen un sabor más suave y delicado, realzan su sabor con vinos blancos. Pasa lo mismo con el marisco, y una perfecta opción puede ser el Albariño.

La cerveza es más fácil a la hora de combinarla ya que hay más tipos, y hay más afinidad entre aromas y sabores. Se puede acompañar tanto de platos picantes y especiados, como con alimentos más ácidos y amargos, y también con carnes y pescados, como el pescado azul, los marinados y ahumados. Según un estudio, la cerveza sigue siendo la preferida en comparación al vino. Más del 90% de los españoles reconoce que en restaurantes y bares consume cerveza. Entre todas las bebidas frías es la que más se vende, con un 35%. El agua representa un 32%, los refrescos un 19,5% y el vino un 7,1%.

 

¿Tú que prefieres?

¡Buen provecho!
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Dicen los expertos que el vino aporta a la comida lo que ésta no tiene, y viceversa. Para que haya una perfecta fusión entre el vino y los alimentos es muy importante saber qué tipo de vino elegir, no vale cualquiera. Para aperitivos o entrantes combinan mejor los vinos blancos jóvenes y frescos. Si lo que vamos a comer son platos con nutrientes de origen vegetal, como las verduras o legumbres, la elección del vino dependerá del cocinado y de la intensidad de sabor que tenga el plato. Es decir, para un guiso de verduras combinará mejor un tinto joven, mientras que con las legumbres se recomienda un crianza o reserva. A la hora de elegir el vino que mejor maride con el pescado, hay que tener en cuenta también el tipo de cocinado, pero sobre todo depende de si el pescado es azul o blanco. El pescado azul, como ya hemos comentado en anteriores posts es aquel que tiene más de un 7% de materia grasa y es aconsejable acompañarlos con vinos rosados. Por otro lado, los pescados blancos como el bacalao o la merluza, que tienen un sabor más suave y delicado, realzan su sabor con vinos blancos. Pasa lo mismo con el marisco, y una perfecta opción puede ser el Albariño.

La cerveza es más fácil a la hora de combinarla ya que hay más tipos, y hay más afinidad entre aromas y sabores. Se puede acompañar tanto de platos picantes y especiados, como con alimentos más ácidos y amargos, y también con carnes y pescados, como el pescado azul, los marinados y ahumados. Según un estudio, la cerveza sigue siendo la preferida en comparación al vino. Más del 90% de los españoles reconoce que en restaurantes y bares consume cerveza. Entre todas las bebidas frías es la que más se vende, con un 35%. El agua representa un 32%, los refrescos un 19,5% y el vino un 7,1%.

 

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¡Buen provecho!
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