Cómo conservar el vino con la llegada de las altas temperaturas
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Por norma general, la temperatura media de conservación del vino debe oscilar entre 10 y 15 ºC teniendo en cuenta que hay que evitar los cambios bruscos en las temperaturas. En concreto, las altas temperaturas deterioran gravemente la calidad del vino ya que afectan a su aroma, a su sabor y su tacto.
Sin embargo, la temperatura a la hora de consumirlo varía dependiendo de si es blanco o tinto. Los vinos blancos se sirven más fríos entre los 6 ºC y 7 ºC y en cambio los tintos tienen un consumo menos fresco que suele estar aproximadamente entre los 12ºC y 13ºC.
Otros factores para tener en cuenta son la ventilación, la humedad y la luz. El vino se debe guardar en zonas donde haya una buena ventilación y que no sean excesivamente húmedas (entre el 65% y el 75%), para que no existan olores que puedan afectar al sabor real del vino, los cuales pueden llegar hasta éste atravesando el corcho. Y además podría correr el peligro de que aparezca moho. Pero tampoco puede ser un espacio muy seco porque los tapones pueden resecarse. Por otro lado, si el vino está expuesto a la luz directa esto puede provocar que los rayos atraviesen el cristal y dañar el vino, produciendo un sabor oxidado al que los especialistas llaman “gusto a luz”. Y también es aconsejable que las botellas se guarden en posición horizontal para que el corcho del tapón se mantenga húmedo y elástico.
Un error que solemos cometer, ya sea porque estamos de viaje o acabamos de hacer la compra, es guardar el vino en el interior del coche. Es una acción que debemos evitar ya que es un lugar donde se concentra mucho calor, sobre todo en verano y, el vino se deteriora gravemente.
¿Una copita?
¡Buen provecho!
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Cómo conservar el vino con la llegada de las altas temperaturas
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Por norma general, la temperatura media de conservación del vino debe oscilar entre 10 y 15 ºC teniendo en cuenta que hay que evitar los cambios bruscos en las temperaturas. En concreto, las altas temperaturas deterioran gravemente la calidad del vino ya que afectan a su aroma, a su sabor y su tacto.
Sin embargo, la temperatura a la hora de consumirlo varía dependiendo de si es blanco o tinto. Los vinos blancos se sirven más fríos entre los 6 ºC y 7 ºC y en cambio los tintos tienen un consumo menos fresco que suele estar aproximadamente entre los 12ºC y 13ºC.
Otros factores para tener en cuenta son la ventilación, la humedad y la luz. El vino se debe guardar en zonas donde haya una buena ventilación y que no sean excesivamente húmedas (entre el 65% y el 75%), para que no existan olores que puedan afectar al sabor real del vino, los cuales pueden llegar hasta éste atravesando el corcho. Y además podría correr el peligro de que aparezca moho. Pero tampoco puede ser un espacio muy seco porque los tapones pueden resecarse. Por otro lado, si el vino está expuesto a la luz directa esto puede provocar que los rayos atraviesen el cristal y dañar el vino, produciendo un sabor oxidado al que los especialistas llaman “gusto a luz”. Y también es aconsejable que las botellas se guarden en posición horizontal para que el corcho del tapón se mantenga húmedo y elástico.
Un error que solemos cometer, ya sea porque estamos de viaje o acabamos de hacer la compra, es guardar el vino en el interior del coche. Es una acción que debemos evitar ya que es un lugar donde se concentra mucho calor, sobre todo en verano y, el vino se deteriora gravemente.
¿Una copita?
¡Buen provecho!
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