Aprende a diferenciar un centollo de una centolla
[et_pb_section fb_built=»1″ _builder_version=»3.22″][et_pb_row _builder_version=»3.25″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat»][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»3.25″ custom_padding=»|||» custom_padding__hover=»|||»][et_pb_text _builder_version=»3.27.4″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat»]
Centolla o centolla, esa es la cuestión. Muchos piensan que es lo mismo, pero no. Existen claras diferencias que los más eruditos en el mundo del marisco seguro que ya conocen.
La primera diferencia, y las más clara, es estética. Si das la vuelta al crustáceo (poniéndolo boca abajo) fíjate en el abdomen. El de las hembras está mucho mas abultado y redondeado y en los machos es más plano y picudo, con una especie de forma alargada triangular (se percibe perfectamente en la foto). El motivo es porque la hembra cuando desova guarda los huevos debajo del caparazón, que son esas bolitas naranjas que se encuentran entre todo el coral de su interior. Si éstas no son de tu agrado, decántate mejor por el centollo.
Por otro lado, si nos fijamos en el primer par de patas (las terminadas en pinza) en el caso de las hembras son bastante más pequeñas.
Al probarlo notarás que la centolla es más carnosa y que tiene un sabor a mar más suave que el del centollo. Eso no significa que uno sea más bueno que otro, ¡para gustos los colores! El caso es que cualquiera de los dos es un auténtico manjar y una elección acertada.
En Círculo marisquería tenemos de ambas clases. Así que ahora, cuando vengas, podrás comprobar si es macho o hembra y comentarlo en tu mesa 😉
¡Buen provecho!
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]
Aprende a diferenciar un centollo de una centolla
[et_pb_section fb_built=»1″ _builder_version=»3.22″][et_pb_row _builder_version=»3.25″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat»][et_pb_column type=»4_4″ _builder_version=»3.25″ custom_padding=»|||» custom_padding__hover=»|||»][et_pb_text _builder_version=»3.27.4″ background_size=»initial» background_position=»top_left» background_repeat=»repeat»]
Centolla o centolla, esa es la cuestión. Muchos piensan que es lo mismo, pero no. Existen claras diferencias que los más eruditos en el mundo del marisco seguro que ya conocen.
La primera diferencia, y las más clara, es estética. Si das la vuelta al crustáceo (poniéndolo boca abajo) fíjate en el abdomen. El de las hembras está mucho mas abultado y redondeado y en los machos es más plano y picudo, con una especie de forma alargada triangular (se percibe perfectamente en la foto). El motivo es porque la hembra cuando desova guarda los huevos debajo del caparazón, que son esas bolitas naranjas que se encuentran entre todo el coral de su interior. Si éstas no son de tu agrado, decántate mejor por el centollo.
Por otro lado, si nos fijamos en el primer par de patas (las terminadas en pinza) en el caso de las hembras son bastante más pequeñas.
Al probarlo notarás que la centolla es más carnosa y que tiene un sabor a mar más suave que el del centollo. Eso no significa que uno sea más bueno que otro, ¡para gustos los colores! El caso es que cualquiera de los dos es un auténtico manjar y una elección acertada.
En Círculo marisquería tenemos de ambas clases. Así que ahora, cuando vengas, podrás comprobar si es macho o hembra y comentarlo en tu mesa 😉
¡Buen provecho!
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]