Es cierto que el equipo de un restaurante tiene que funcionar como un engranaje perfecto para proporcionar a sus clientes una experiencia tan inolvidable que quieran repetir. Dirección, cocina y servicio, tienen que estar alineados y complementarse, de tal forma que todo salga a la perfección. Pero el servicio es un pilar que puede marcar la diferencia entre convertirte en asiduo del restaurante o no.
Por nombrar alguna de las cualidades que tienen los buenos camareros: conocimientos gastronómicos, diplomacia, educación, intuición, discreción, paciencia, un alto grado de psicología aplicada y trabajo en equipo.
Siempre nos dan su mejor cara y para ello está claro que necesitan la mejor de las predisposiciones y esto requiere un alto grado de profesionalidad y concentración para que nada afecte a su trabajo.
Son capaces de adelantarse a las necesidades del cliente, llegar a conocer sus gustos y su estado de ánimo para que el servicio sea perfecto. En definitiva, empatizar con el cliente para mejorar día a día, consiguiendo de esta forma aprender y mejorar con cada nuevo servicio. Y no podemos dejar de mencionar la parte más física del día a día de un camarero…
En Círculo, tenemos la suerte de contar con grandes profesionales, pero eso ya lo sabéis y si no ¡os invito a que vengáis a conocerlos!
¡Muchas gracias! Óscar, Nuria, Paco, Pedro, Victor, Aday, Alejandro, Santiago, Juan Antonio, Sergio, Nely, Viviana, Alina, José, Jesús, Fructu, Fernando, Paquito, Almudena, Rubén, Dario, Julio César.
¡Buen provecho!
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