Una de las claves para que repitamos una y otra vez, es que esté bien tirada. Y tirar bien la cerveza no es para nada una tarea sencilla…, primero hay que elegir el recipiente adecuado, porque dependiendo de la cerveza se debe servir en una copa o en un vaso específico. Normalmente las cervezas de fermentación alta se sirven en copa, de esta forma se distinguen todos los aromas mientras que las cervezas de baja fermentación se sirven preferentemente en vaso. El siguiente paso es refrescar la copa o vaso con un chorro de agua fría, lo que permitirá que la cerveza se deslice con mayor suavidad, y de esta forma evitar una mala formación de la espuma.
A continuación, abrimos el grifo y dejamos que el primer golpe de espuma caiga directamente sobre la bandeja del tirador. En el momento de tirar la cerveza hay que posicionar el vaso en un ángulo de 45 grados y según se vaya llenando el vaso lo movemos hasta llegar a una posición vertical. El objetivo es llenar el 75% de la copa o el vaso.
Por último, dejamos que caiga un hilo filo de crema sin que rebose y de esta forma coronar la copa o el vaso. En 50 segundos, podremos saborear una cerveza bien tirada.
¿Te atreves a practicar?
¡Buen provecho!